lunes, 15 de agosto de 2011

!TODO NO ES ALEGRÍA!

Qué sufrida es la tierra
qué siembres lo qué siembres
siempre le da la vida
tanto al grano bueno
cómo a la mala yerba.
Sin distiguir entre ellas
cómo madre bondadosa
qué aguanta el sufrimiento
sin queja alguna.

Cómo tierra bondadosa
comparo yo a los padres
qué siembran la semilla
con toda la ilusión del mundo.
La crían y la miman
hasta darían su vida por el fruto
aún si está o no florecido.
Muchas veces está fruta
cuidada con tanto mimo y esmero
esperando qué sea dulce como miel
y, al primer beso dado te sabe a hiel.

Mil veces qué hagas bien
y, una sola te equivoques
en cuenta tendrán
la qué no saliere bien
las demás ni se las recuerdes
sí no los quieres perder.

Lo peor de los padres
es qué lloran de por vida.
Cuándo los ves nacer
en el primer beso recibido
la primera palabra
qué es la mejor recibida
y, crees que no abra penas
si no más bien
un campo de alegría
qué nunca a de perecer.

Pero un día te das cuenta
que ya no te necesitan
dejándote de lado
cómo sí no te conocieran
entregando a un extraño
lo qué esperaste para ti.

Tú qué nada pediste
sino todo lo contrario
diste más de lo qué pudiste
para qué nada le faltare
debiédote lo que es.
Te mira cómo aún extraño
dejándote de lado
como perro abandonado
avergonzándose de ti.

El campo de la alegría
se lleno de pena negra
creciendo sólo amarguras
qué tú no sembraste allí. 










!LOS GRANDES OLVIDADOS!

Éste es mí homenaje al emigrante español
poco reconocido por el país que nació.

Dejase familia y amigos
partiendo con gran dolor
dé un país de posguerra
de hambre y desolación.

Salio llorando de ésta
más prieto el corazón
hacia tierra desconocida
a la voluntad de dios.
No conocía idioma
de la tierra qué llegase
por no conocer no conocía
ni el pueblo al qué llego.


Por presentación hambre
por referencia dolor
es todo lo qué llevaba
más partido el corazón.


A tocar tierra extraña
qué primero le repudio
tuvo que hacer trabajos
duros cómo el peor
llorando por lo dejado
en territorio español.


Pasaron meses más años
lejos de lo qué amo
sin saber poco o nada
del pueblo qué partió.
Cuántas navidades
lloró para sus adentros
recordando otras, pasadas en familia
llenas de gozo, y plenas de alegría.


Cómo cada septiembre
su pueblo en fiestas
doliéndole hasta el alma
con esté recuerdo en la lejanía
qué le parte el corazón
al igual qué espada fina.
Trabajando por cuatro perras
por techo y trozo pan
lejos de familia.


Cuántas veces vieren llorar
lágrimas de rabia mezcladas con lluvia
por no tener no tenía
ni conocidos para compartir penas.


Pasaron años si poder ver padres
hermanos, amigos ni esposa.
¿Qué sería de ellos cómo estarían?
Casi ni acordaba
perdían en su memoria.
Cuántos enterrados
en tierra extraña
sin volver a ver
a quienes dieren vida.


Olvidados cómo no nacidos
en madre patria
sólo queridos por la divisas
traídas para levantar España
y, dándola a conocer por dónde pasarán
jamás renunciando de dónde procedían.

Qué poco dio está
por lo sufrido en sus carnes
ni por el dictador de turno
menos aún por el demógrata
qué viniere después
nadie reconoció el sacrificio
del imigrante español.

Ya qué nadie os recuerda
yo, sí lo hare
en estás cuatro letras
de hijo, de emigrante
y, os llene el vacío
qué vuestra patria os niega.

Gracias emigrantes !Mil veces gracias!
Por levantar el país
que ahora os niega.