domingo, 25 de septiembre de 2011

++ AÚN NO ERA TÚ HORA++

Siempre dijiste qué no querías hacerte viejo
y, como una premonición
no llegaste a ello.

Tampoco esperabas
qué fuera de está forma
ni ser el primero de todos
qué partieras.

No puede despedirme de tú persona
porque quien te dio la vida
te hizo odiar, a todos los qué querías.
Sé que en el último pensamiento
antes de perder la conciencia
recordaste tú niñez
junto a mí vera.

Esos años de niñez
qué todo mí amor recibieras
ya, qué fuiste el primer nieto de tú abuela
por lo tanto
el primer sobrino qué yo, tuviera.

Vinieron otros
y, por celos y envidias
de quien te diera la vida
nuestros caminos se alejaron
sin darnos cuenta.

Pero en mí corazón y mente
tú siempre fuiste el primero
qué compartio mí vida.
Si no me acercare a ti
fue, por no hacerte más dura
la separación habida.
Pero cuando me necesitares
sabias qué ahí me tenías.

Me contares hace unos años
lo qué pensabas
de los qué por padres tenías.
Por el daño hecho
nunca les perdonarías.
Pero por tú gran corazón
y, aunque no les quisieras
cuando te necesitaran
de ti, nada les faltaría.

No pudo ser
llego antes tú partida
de la cual me entere por gente de fuera.
No pude darte en vida mí despedida
ni te pude decir cuánto te quería
ni darte un abrazo
cuando se te iba la vida.

Durante larga agonía
incluso se me negare verte
por los qué te dieren vida.
Cuando pude verte
solo quedase tú cuerpo inerte
como figura esculpida.

Pero, me queda el consuelo
qué allí donde estés podrás saber
cuánto te quería
y, pudiendo comprender
qué lo que nos separo
ni sienten tú partida.

Qué estás letras mal escritas
sean el recuerdo para generaciones venideras
y, no quedes en olvido
al llegar mí hora.
Y, no olviden nunca
a una buena persona
qué por ser todo amor
destruyeron su vida.