viernes, 25 de enero de 2013

SIN LLEVAR MÍ SANGRE


                    

Siendo desconocida y sin compartir mi sangre, eres la persona que más te desvives por mi vida.
No te importo cuando te parte de mi vida, siguiendo a mi lado, queriéndome más toda vía.
Ese es amor de verdad, y no el que se publica, solo la que me dio la vida, se portaría de esta manera.
Por mil veces que naciera, jamás podría pagar todo lo que de ti recibo, mi compañera, mí esposa.
Mis hijos son importantes ¡Por supuesto! Pero también a ti te debo esa alegría, pero ellos ya partieron y hacen su vida, pero tú sigues a mi lado, sin importarte que no sea el hombre que fui, tú solo quieres mi felicidad vida mía, para ti lo que queda de hombre, te sobra sin pega alguna.
Doy gracias por mi suerte, porque la que me robo la vida, la recibo de ti mujer única.
Si la vida se te lleva, yo, partiré contigo, porque sin tú compañía ¿Qué sería de mi vida?  No, es egoísmo, solo amor sincero, el que muy pocos conocen en sus vidas, ese, que lo da todo sin esperar nada a cambio, sin la menor queja.
De solo dos mujeres recibí amor tan puro, de la que me dio la vida, y la que Dios puso en la mía, las dos tan diferentes, pero iguales en quererme.
En mi corazón llevo dos besos muy guardados, el último de mi madre, y primer recibido de tú boca.

       Vruescas / 21.01.2013.- “Mi esposa”

     





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