viernes, 1 de marzo de 2013

YEGUA PARDA

Yegua parda, apartada por no ser raza pura de pura raza, nadie se fijaba en tu belleza, mucho más hermosa que tus hermanas, rechaza por no ser andaluza, árabe o portuguesa.
Cada día te quedabas en la cuadr
a siempre olvidada, por nadie cuidada, por nadie montada.
Tú siempre esperabas a la misma hora, aquel que por ser diferente como tú, siempre acudía para ponerte guapa.
Sabias muy bien que él, no te podía montar por sus limitaciones, por eso después de ser bien cepillada y, darte el cariño que nadie te daba, doblas tus patas para ayudarle a que te montara.
Después a paso lento para no hacerle daño, juntos los dos como una sola alma, dabais paseo como cada mañana.
Tú con tu cola bien trenzada y, el pelo de la cabeza que al darle el sol brillaba, te contoneabas como bella dama. No había nadie que no os mirara, a ti por tu belleza a él, por su alegría de ir montado en yegua parda.
Los dos apartados por ser diferentes, en un mundo de gente inhumana, que solo vive para la apariencia, sin sentimientos, que aparta de su camino todo aquello que es diferente, quizás simplemente porque no lo comprende.
Déjalos yegua parda, que son ellos los que pierden, ellos jamás podrán comprender, la felicidad que nos rodea, ellos jamás sabrán lo que son sentimientos puros que nos unen, a ti, por no ser de raza y, esté que te cuida, por ser diferente.
Cada mañana la yegua parda, es olvidada por todos, por no ser de raza. Nadie la monta nadie la pone guapa, solo su amigo es su esperanza.

                                              Vruescas  /24.11.2011/ “A mi hijo”