domingo, 28 de junio de 2015

MI LEGADO MÍ NIÑA

Sé que algún día leerás esto porque por ese motivo lo escribo y como legado te dejo. Y veras que la historia que has vivido se aleja mucho de lo aquí escrito. Desde que naciste siempre fui tú preferido no me preguntes el motivo, será porque desde el primer día en mi viste el cariño que nunca nadie te tuvo. Tal como ibas creciendo la unión era más fuerte, y tú primera palabra fue decir mi nombre. Esa, que te robo la infancia e acuso a tú padre de hechos jamás ocurridos y te aparto de todos, no lo hizo por tú bien sino por celos, y sus pocas luces, las pocas que tenía eran para hacer el mal a todo el que se acercaba, eso si después de haberle exprimirlo y dejado en la ruina, tanto monetariamente que es lo que menos importa, como el corazón sangrado por la amargura de sus mentiras. Nunca te falto mientras no dejaba verte, disfrutar de amiguitos, tener tus cumpleaños, pero sobre todo mucho cariño  y amor lo que esa mujer nunca te tuvo. Pasaron año y medio cuando te dejo en mi casa porque le molestabas, para tener sus aventuras con el primero que pasaba. Viniste desnutrida de cuidados y cariño, pero en pocos meses recuperaste las dos cosas y muchas más, que como un aniña de cuatro años te había robado. Aquí durante año y medio volviste a tener lo que nunca debería haberte quitado; pero volviste a estar como antaño solo querías estar junto a mi lado lo demás no te importaba, conmigo tú viste la infancia que durante unos años se te había robado. Yo te contaba cuentos, te arropaba casa noche, y si enfermabas era yo quien te cuidaba, describiste lo que era ir al parque, cumpleaños de amigos, y como no salir de fallera que tanto te gustaba. Ella venia cuando le parecía no para hacer de madre, eso no lo fue en su vida, y vio lo feliz que eras como merece cualquiera, no pudo soportar que este tú abuelo era el eje en que giraba tú vida. Los celos y su locura te robo con alevosía un día en que yo no estaba para toda la vida. Se por lo que me contaron la gente que te oía, pedir ayuda a tú abuelo y que no querías ir con ella. Luche por todos lados buscando justicia y que volviera a casa, pero no hubo manera los jueces y la no justicia se pusieron de su lado porque era tú madre, y creyeron en la mentira de que tú padre le maltrataba, cuando era lo contrario los maltratados eran los que te queríamos. No sabes lo que sufrí ni lo que pelee por verte, eso ya lo sabrás cuando tengas más años y sepas que naciste no de una mujer sino de una bestia. Si parto y no me puedo despedir en mi mente grabado me llevare la fecha de tú último abrazo mi niña, y de lo que más quise en la vida. Ya te lo contaran los que saben la historia. Solo le pido a mi Dios que no le dé enfermedad ninguna, pero si, que pague por mil el mal que hizo desde que nació, lo cual solo lo hizo para hacer mal en la vida, e incluso a lo más sagrado a su propia hija.


                                                        Vruescas 13.02.2015.-