Querer sin ser querido
es cómo camino
qué lleva a ninguna parte.
Es la soledad absoluta
una amargura constante
es estár muerto de sed
con una fuente al alcance
con agua fría y transparente
pero no la puedes beber
porque otro está delante.
Estar junto a tú amada
cuándo sólo os separa el aire
y, no poderla tocar
porque ama a otro hombre.
Cuándo miras a sus ojos
y, los suyos miran a otra parte.
Tal es el sufrimiento
qué no lo deseo a nadie.
Su cabello fino y suave
su boca tan carnosa
diciédome besarme
y tú sabiendo qué esos labios
nunca llegaran a rozarte.
Sentir el calor de su cuerpo
cuándo roza tú mano
sintiendo como fuego
qué hasta el alma te parte.
!Dime vida mía!
¿Qué peso puede ser más grande?
Luego como invitado
asistirás a su boda
y veras con tus propios ojos
cuándo los bendice el cura.
Él besara su boca
y, ella, con todo su amor
a sus brazos se entrega.
Y reirás por fuera
mientras tú corazón
de llanto desespera
cuándo como buena amiga
tú mejilla besa.
Crees por los años
tras rehacer tú vida
quedara en el olvido
cómo agua pasada
qué no mueve molino.
Pero si hay un amor qué no se olvida
es el no correspondido
aunque pase mucha vida.
No es mejor o peor
solamente es
un amor no vivido.