El sol aún no despunta la luna se quiere ir
ni es de noche ni de día
para ella
la hora dé partir.
Mientras reposa en su cama rodeada de sus hijos
y,tal cómo ella quería sin dar trabajo alguno.
Cómo siempre se lo pidió a su dios
y, el dios en qué creía se lo concedió.
Estando cinco días postrada
sólo en el primero pidió
un sacerdote para recibir la extremaunción
no quería con pecados presentarse ante su dios.
Cogiéndola de la mano así dijo el confesor:
!Qué pecados puedes tener mujer!
Sí tu vida as dedicado a tu esposo e hijos
sin pensar un momento en ti.
Ni mataste ni robaste
sí algo cogiste no fuere para ti
fue para qué comieran tus hijos
qué dependían de ti.
Eso, buena mujer
no cuenta cómo pecado
para tu amado dios.
Ve tranquila
qué él te está esperando
para tu descanso final.
Desde ese día
cuatro más pasaron
con ojos cerrados y sus labios sellados.
Con rostro tranquilo
de saber qué ha cumplido
las leyes terrenales y las qué le marco su dios.
Son las cinco de la mañana
su rostro desfigurado, recobra su hermosura
sólo un suspiro, y grata sonrisa saliese de su boca
fuere el momento en qué su cuerpo
dejase qué su alma partiera.
Viendo tu cuerpo reposado cómo un peso dejado
te fuiste cómo pedías por tus hijos rodeada
con la paz en tu cara
cómo sí alguien té esperara.
Seguro que era tu dios
al qué tu te aclamabas.
El que decías en vida y, en el que yo no creía.
Pero ahora me convences
al vererte partir con alegría
como sí él te recibiera.
Desde ahora te prometo en tu despedida
que también será el mío
como tu me pedías.
El sol aún no despunta
la luna se quiere ir
ni es de noche ni es de día
para ella, la hora de partir.