te fue quitada la vida
aunque fuere por tú bien
el remordimiento me lleva
ya, qué eran muchos años
los qué estuviste a mí vera.
En todos estos años
catorce y ochenta y seis días
bien qué llevo la cuenta
por ser lo mejores de mí vida.
Nadie como tú
compredió cómo era mí vida
sólo en ti encontré
un poco de alegría.
Eras mí amigo especial
y, el único qué me comprendía.
Tampoco yo, por mí parte
reparese en gastos
para todos lo achaques
qué te diere la vida
hasta el último momento
en qué está se te iba.
Un veinte y ocho de abril
te fue quitada la vida
no quise verte sufrir
hasta el final de tus días.
Esté día para mí
será un antes y después
en lo qué me quede de vida.
Antes por lo recibido
el después por tú ausencia.
Pero siempre recordado
hasta qué llegue mí hora.