Siento por mi condición de ser hombre una gran admiración hacia la mujer.
Ellas son capaces de dar vida, incluso dar la suya por los hijos, cuando aún son simplemente fetos. Es una grandeza que jamás tendremos los barones, por eso mi admiración a todas la mujeres.
Pero mucho más, a quien le matan los hijos cuando ya están llenos de vida. Quien le iba a decir a esta gran mujer, que al que entrego su amor, compartió lecho y parte de su vida, seria el mismo que les matara a sus niños, es decir los hijos nacidos del amor.
Solo puedo imaginar como hombre, el dolor que arrastrara toda su vida, pero nunca sabré el dolor tan grande, que siente esta mujer/madre.
Ella, que llevo durante nueve meses en sus entrañas, creado la vida mes a mes, sintiendo dentro de su cuerpo ese cambio maravilloso, e incluso con alguna complicación durante todo este tiempo. Es lo que nunca sabré como hombre, por desgracia para mí, e incluso siento envidia, de no saber, lo que se siente al dar vida de la nada.
Ni podre jamás saber el dolor de esta madre, al que un hombre le arrebato de forma cruel, por odio hacia ella, la vida a que solo ella creo y, en que éste monstruo solo puso la semilla, en un momento de pasión y placer, nada más.
Nadie sabe el vacío que dejo esto en sus entrañas, en las mismas que dio la vida; estoy seguro que por instinto maternal, se abría cambiado por ellos.
Que nadie diga que sabe por lo que esta mujer/madre pasa, porque ni de lejos se acerca, al dolor que le quedara de por vida, marcada en su corazón y alma.
Que Dios te bendiga mujer y, de un poco de paz, en lo que te queda de la angustiada vida; sé que lo único que pides que sea corta, para poder reunirte con Ruth y José y, abrazarles y besarlos, con todo el amor de madre, por toda la vida eterna.
Jamás como hombre podre experimentar, por desgracia, la grandeza que tienes tú mujer de dar vida, como jamás sabré, el dolor infinito, qué como madre sientes. Pero déjame por lo menos que con estas palabras, comparta el mucho dolor que siento en mi alma, como el asco y desprecio hacia esa bestia humana, que te robo los seres que dieres vida y, a los cuales llevaste en tus entrañas.
Jamás como hombre podre saber, la grandeza de que es dar vida. Ni mucho menos comprender, a esa bestia humana………………………