Si no fallase el respeto qué es la base fundamental para ir por está vida, que diferente seria este mundo de indiferencia, en que vivimos ahora.
No hay respeto ni abuelos ni a padres, menos a desconocidos, pero es que el respeto para compartirlo, empieza por uno mismo.
Por faltar éste, mueren cada día miles de personas por no respetar religiones, cada cual adora un dios y ¡es libre para hacerlo! pero respetando también, al dios que adoran otros.
Por faltar el respeto, se entra en el odio y la avaricia, pongo como prueba, las guerras de los más potentes contra países indefensos, por poseer sus piedras preciosas, y el llamado oro negro; no importa los niños, mujeres y viejos que mueran cada día, ellos no significan nada, son como llaman los otros, daños colaterales.
También en nuestro país lo perdieron los políticos, que no ven más allá de sus ideales partidistas; perdieron el respeto al pueblo que le votaron, se olvidaron que están ahí, para servir a esa gente, que les dio su confianza, no para servirse ellos, de las riquezas que el ciudadano crea, con su esfuerzo y trabajo.
Esos mismos, que agitan las calles por no respetar, lo que las urnas dijeron; los mismos que crean el odio entre regiones, cuando lo que debían hacer, es ayudar a la gente, que por su mala gestión, se ve en la calle y pasando hambre.
Todo se debe a la falta de respeto, que es la base, para que no se llegue al odio y la discordia, por que al final del camino, es lo que uno se lleva, y será recordado por como respeto en vida.
