La señora Domitila es
mujer muy creyente, por mal tiempo que haga nunca falta a misa de siete.
El retor cuando la ve se
la abre el apetito, porque sabe que después del sacramento desayunara chocolate
y churros, invitado por supuesto por la beata
de siempre.
Mientras está le contara,
como todos los días sus problemas de cama que tiene con su Dionisio, y las
guarradas que le pide noche tras noche el demonio de su marido. Hinchado como una
bota el retor la va escuchando siempre el mismo relato, sin hacerla por
supuesto, ni puto caso.
Terminado el majar más contento
que un marrano, apoyando sus manos en forma de capilla, sobre el tonel que tiene
por barriga, levanta la vista mirando fijamente a la cotorra pagana; como
exclamación divina le dice a doña Domitila, si su Dionisio va de putas, es
porque no tiene en casa lo que como hombre necesita. Escuche bien esté consejo
escrito en libro sagrado< salmo 69/69 según san Pijo> que dice así: “de
los pecados de la polla el señor los perdona, y los del coño la virgen hace oído
sordo, y los del culo san Tomas dice, que agujero que haya hay que taparlo”;
sigue estos consejos y veras hija mía que bien te ira en la vida. Pero que esto
no te aparte de cumplir como creyente, ni del chocolate y los churros, al cura
cada mañana.
Vruescas 04.07.2013.- “Que no falte el humor”