Tú mirada trasmite la paz de tú alma
el rostro tranquilo como noche serena
eres le mar después de la tormenta
estar a tú lado quita las penas.
Por eso él, te mira como niña pequeña
envuelta en sus brazos de buena persona.
Padre de tus hijos, amante tuyo
comparte contigo lo qué os da la vida.
Hombre grande, ya no por altura
si no, por el amor hacia su familia.
Al que tú correspondes aún siendo pequeña
eres grande, llegando a su altura.
Cruzados en camino sin atadura
como almas gemelas qué no os conocíais
dejando el rastro de vuestra semilla
en quien os preceden, que distéis la vida.
Podéis estar tranquilos, qué ya floreció
llevan de la madre, la paz de su alma
del padre la nobleza, qué supera su altura.