Cuando la mente no me rija
qué el cielo me lleve
porque yo, seré feliz
no, el qué me rodee.
Retrocedemos al nacer
necesitando los mismos cuidados
ni entonces lo vivimos
ni ahora, lo recordamos.
Se crea un mundo
paralelo al real
se disfruta o temes de ello
viviendo entre dos aguas
las dos igual de limpias
sin poder distinguir
cuál es la verdadera.
Qué Dios me lleve
cuando mí mente no rija
no quiero vivir feliz
dañando lo que más quería.