Se me aprieta el corazón y el alma se me encoje, solo con pensar, el sufrimiento de su madre. Después de casi un año, viendo a el asesino por todos lados, incluso suplicándole en presión, donde estaban sus niños. Él disfrutando de la venganza planeada, disfrutando de ver a quien le dio los hijos, como se humillaba ahora, ante él, el rechazado por ella; gozando incluso disfrutando, en su mente fría y calculadora, sin remordimiento alguno, de su venganza hacia ella. Sabiendo que había torturado y matado, sin compasión ninguna, a sangre de su sangre, como el que mata, aún enemigo en guerra.
Ella, no quería vivir más con este desconocido, tampoco pensó jamás cuando consintió dejarles a sus hijos, que los ponía en las manos, del más ruin de los asesinos. Que poco esperaban esas criaturas inocentes, y llenas de pureza, que al que querían como padre y, en él ponían sus vidas, seria su verdugo, sin tener compasión alguna.
No hay animal alguno que no proteja a sus crías, comprarlo con ellos, seria una gran torpeza, porque los animales, cuando paren a sus crías, no hay nadie que se les acerque a ellas, las defienden con sus vidas, no como este asesino, que las quemo vivas.
Después de haber estropeado ya de por vida, no solo a su madre, que será la que más sufra, también están los abuelos, entre ellos los padres de la bestia; no solo les quito a sus nietos, y saber que dieron la vida, al canalla de su hijo? Al más ruin asesino, al que criaron con todo cariño y, jamás esperan que fuera el verdugo, de sus propios hijos/ nietos ¡Que dolor y amargura! Para el resto de sus vidas.
Yo no creo en las leyes, después de tanto inocente muerto, donde sus asesinos están en la calle; unos porque son menores, otros porque no están cuerdos; los primeros si eran hombres para quemar, violar y a tropellar a una deficiente, pero claro ellos, si tienen derechos. Otros ya adultos, abusaron sexualmente y, se deshicieron del cuerpo, de Marta, por cierto aún no encontrado. Y tantos más que no caben en mi memoria.
Ahora con esta bestia dirán, que fue un acto de locura, y en unos pocos años en la puta calle. Mientras su madre le tocara vivir, con esa carga de culpa, por haber dejado a sus niños, que ya no vera nunca.
Y los gobiernos de turno todos se lavan las manos, diciendo que no pueden cambiar las leyes, porque bien saben ellos, que la gente ¡Si! Nosotros, en unos cuantas semanas, todo quedara como un caso más, de está España de mucho ruido, y pocas nueces. Pero siempre me hago la misma pregunta ¿Qué pasaría si fueran los hijos, de los políticos y los jueces? …………………………
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