fuimos los qué estuvimos a tú vera
siendo los primeros brazos
los de tú abuela.
El segundo biberón
en el qué esto escribiera.
Solo recé a Dios
para pedir dos cosas
la primera
la larga vida y salud
para ti, vida nuestra.
La segunda
en qué en nada a ella, te parecieras.
Las primeras palabras
qué salieran de mí boca
fueron para los dos
qué como padres rezan
!Hasta aquí todo olvidado!
Pero ahora en adelante
sí nos negáis ver a nuestra nieta
os juro, qué nunca seréis perdonados
por lo qué nos quede de vida.
Su respuesta afirmativa
porque no tenían dinero
ni, nadie qué les quisiera.
No voy a poner aquí
lo mucho qué hicimos
para qué adelante salieras.
Si por un hijo se da la vida
qué seria lo qué por ti
no se hiciera
más, siendo nuestra única nieta.
Imagina lo qué quieras
qué por mucho que te imagines
siempre te quedaras corta.
Solo cuatro meses
duro su hipócrita promesa.
Lo demás ya lo sabes
pues escrito queda arriba.
!Te lo negaran mil veces!
Pero lo bueno de la vida
es qué el tiempo la vuelve historia
poniendo a cada uno en su sitio
ya, lo veras vida mía.
Cuando leas ésto
quizás los dos
estaremos en la casa del olvido
de donde no se regresa
y, pocos la visitan.
Lo qué más sentimos de todo
es qué a tú lado no estaremos.
Pero no te olvides nunca
qué partimos con el dolor
de no disfrutar contigo
unos años de tú vida.
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