Cuando llega la navidad toda la gente abre su corazón sea
solo por unos días; el resto del año, siguen con sus vidas llenas de hipocresía
cerrando su corazón, a todo lo que les rodea.
No las puedo comprender ¡La verdad! Acaso el resto del
año no hay gente pasando penurias? No hay desahuciados? ¡Por supuesto! Pero
esta gente pasa de ellos como si llevan la peste, pero por navidad calman sus
conciencias, mientras de paso les ve la gente, mostrando lo que no son,
mostrando su lado humano, ese, que no tienen el resto del año.
Luego se reúnen sentados en la mesa toda la familia,
mostrando las mejores pieles y joyas, muchas de ellas alquiladas, para mostrar
a los demás, que sus cuentas están saneadas, no importa que tengan hipotecadas
hasta la dentadura, el coche y la casa.
Se ríen y gastan bromas como familia unida, el resto del
año ni se miran a la cara.
Al terminar la velada cuando se separan, se critica unos
otros con todo el odio del mundo, las risas y bromas forzadas, se quedan en
olvido, hasta el próximo año, que se vuelve a reunir la manada.
Por eso, desde hace años mi esposa y mis hijos las pasamos
con el perro, esté no sabe de navidades, para él todos los días son iguales,
recibimos el mismo cariño durante todo el año.
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