Hoy siendo ya madre reuerda su niñez de felicidad con
ese hombre su abuelo, es el dolor más fuerte que en su vida sufrió, viendo como
el hombre que más la quiso y le dio el puro amor, se va de esta vida.
Esta junto a su cama no quiere que parta solo, quiere
estar ahí besándolo hasta el último suspiro, acariciando su cara, como él
hiciese cuando ella tenía un temor, y estaba a su lado para tranquilizarla.
No puede evitar que unas lágrimas recorran su cara de
mujer niña, cuando él su abuelo, con
todo el amor que le dispensa le dice, no llores mi niña, que allí donde este
nunca te dejare sola, como jamás te deje estando en vida.
Le viene el recuerdo del tiempo que le robaron, cuando
siendo muy niña de él le apartaron, pero ese hombre bueno su abuelo, siempre
busco la forma de verle, nunca salió de su boca palabras contra quien con
mentiras le apartara, todo lo contrario, siempre decía que debía respetarla,
que no tuviera en cuenta su mala cabeza, al fin y al cabo le debía la vida.
Ve como su vida se va apagando, y parte de la suya
termina ahora.
Quien le acunara con bellos cuentos, con canciones de
inventadas llenas de cariño, quien jugara con ella a juegos imaginarios, quien
estará a su la lado en sus noche de tormenta, quien le dará tanto amor sin nada a cambio? Nadie como su abuelo le
querrá tanto, que incluso con fuertes dolores siempre estuvo a su lado, sin un
aqueja sin un lamento, igual como parte ahora.
Maldigo los años que me quitaron de su lado, de su compañía!
Pero los pocos que fueron, quedaron marcados a fuego en mi corazón, en mi mente
de por vida, mucho más que muchos, que tuve a mi lado.
En el último suspiro aún dijo mi nombre y, me dejo para
siempre una sonrisa.
Vruescas / 07.03.2013.- “Mi
abuelo”