Así muere la tierra, la pregunta es si es lo que queremos
dejar a nuestros hijos.
El verde de la bahía las voces del universo lo tapan los
altos muros de cemento que ya no nos dejan que se escuche el mar. El verde de
los montes ya no lo ven nuestros ojos solo ceniza, ya no escuchamos pájaros que
los mata la contaminación que dejamos a nuestro pasó como si nos perteneciera
todo los que no rodea. Que gran equivocación! Porque nada nos pertenece solo
está ahí para nuestro disfrute, y apara la generaciones venideras. Se puede
creer y no ver se puede ver y sin embargo no creer, cada uno va a lo suyo, así
va muriendo la tierra.
Vruescas 22.11.2015.-
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