A veces, lo peor de un amor robado es cuando nunca acaba,
cuando intenta seguir latiendo en tu corazón sin querer reconocer que está
muerto. A veces nos aferramos a lo imposible para que ese amor perdure de por
vida por mucho daño que nos haga. A veces es mejor dejar de pensar en él y que
la vida decida, por al fin y al cabo será el destino el que diga la última
palabra. XX
Vruescas 09.01.2016.-
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