de un día cualquiera.
Sólo es un cobarde más
qué se quita la vida.
Nadie le obligo
pero todos le empujaron.
Andaba solo dando vueltas
hasta llegado el día
qué tuvo el suficiente valor
para hacer lo qué no quería.
Empujado por nadie
y, todos a una.
Mientras nota el frío hierro
sobre su caliente cuello.
Su último pensamiento
qué le vino en la espera
es qué sí fuese al infierno
no será peor
qué la puta vida qué deja.
No le empujo nadie
pero cien manos invisibles
le ayudaron a ello.
Él no culpa a nadie
asume todo la culpa.
Todo cuanto había querido
hace tiempo qué partiera
lo qué le queda ahora
no vale la pena vivirlo.
Lo único qué le importaba
y, por único qué hubiese vivido
le fué arrancado de su vera.
La gente comentarían
y, solo por unos días
qué fuere un momento de locura.
Pero lo qué nadie sabrá jamás
qué estaba, más cuerdo qué nunca.
Son la seis de la mañana
en una vía cualquiera.
Sólo es un cobarde más
qué se quita la vida.
Siempre dando en clavo y, lo más es tu forma de escribirlo un 10 PL
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