Con esa dulzura como queda el mar después de la tormenta,
trayendo la paz a todo lo que le rodea, así llegaste tú a mi vida.
Calaste muy hondo en mi corazón teniéndote en alta
estima, quédeme embrujado de tú persona.
La distancia no fue el olvido, ni que te casaras, y mucho
menos que tuvieras hijos; no pienses que tuve celos de ello, porque nunca estuve
enamorado de la mujer, sí, de la persona.
No quise ver, quizás no me dejaste que viere tal como eras; me enseñaste la cara
que en verdad no tienes, escondiéndome tal como eres, risas fingidas, buenas
palabras, en verdad todo mentira.
El fingir ser lo que no se es, no se puede esconder toda
la vida, tal como te fui conociendo perdiste todo el canto, la alta estima que
yo tenía de tú persona, solo quedo de tú recuerdo lo que fue desde el
principio, solo una mentira.
Vruescas 04.06.2013.- “A Rebeca”
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