Si el arrepentimiento no nace desde las raíces más
profundas del corazón; si el perdón que otorgamos a quien nos ofendió, no nace
desde las raíces más profundas del espíritu; solo serán vanas palabras. Ni
valdrá el arrepentimiento que no sentimos, ni el perdón que no recibimos
sincero y de corazón, porque al final todo será odio. XX
Vruescas/11.05.2016.-
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