Después
de tanta vida, solo tres personas mi quisieron de veras; las demás solo me
dieron noches de luna negra y llanto de madrugada. Incluso los que reparten la
ley, solo a los poderosos que son a los que tiene miedo, a los débiles e
indefensos, los dejan en la amargura y marcados de por vida. Cada día que me
levanto es igual que el pasado, igual que de mañana, el mundo lleno de guerras
y odios, niños y viejos muertos en la cuneta como si nada pasara. Lo peor de
todo es que la gente se acostumbra como algo cotidiano, mirando hacia otro
lado, como si no fuera con nosotros, no me vale las limosnas de misa para
calmar alma, todos somos culpables directos e indirectos para vergüenza de
nuestra raza.
Vruescas/21.10.2016.-
Vruescas/21.10.2016.-
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