Muy a menudo nosotros hacemos nuestros planes sin consultar
con Dios, y luego le pedimos a Él para que lo bendiga. Más adelante nos
preguntamos, por qué es tan difícil, o por qué se siente como si estuviéramos
subiendo una cuesta, y la simple razón es porque lo estamos haciendo todo a
revés. Estamos moviendo y luego pidiendo a Dios por su bendición. La manera
correcta es, preguntarle primero a Él que siempre está para ayudar, si, sé que muchas
veces nos entra la duda, pero ÉL no deja de proteger, déjate sentirlo en tú corazón
que siempre escuchara tus plegarias, y calmara tú dolor y rabia, porqué tú
rabia no te deja escucharlo.
Vruescas/ 04.11.2016.-
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