Nadie más que uno, sabe de la alegría o el dolor que hay
en su corazón; por mucho que creas que lo sepas, y pienses que solo quiere dar
lástima. La cosa no es como tú lo pienses, si no como la persona lo sufre,
quizás detrás de su sonrisa, hay una amargura tan grande que jamás imaginarias.
Vruescas/ 10.06.2017.-
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