Violencia no es solo quemar contenedores, agredir unos
otros porque no compartan ideas, ni que corra la sangre enfrentándose a la
policía; está vive en cubierta conviviendo con mostros en nuestro día a día
como algo natural como si no existiera.
Porque también es violencia:
Que nos explote la empresa con sueldos que no lleguen
para criar familia.
Que los niños no tengan el cariño de sus padres que les
marca de por vida; que pasen hambre y enfermedades que se curan con una simple
vacuna que solo vale un euro, pero les importa muy poco a los ricos que nos
dominan.
La mujer que por estar embaraza sea discriminada frente a
los hombres, por el hecho de dar vida.
Los mayores abandonados por los mismos hijos por los que
dieron y lucharon toda su vida.
Que los pensionistas que con su esfuerzo levantaron un
país que estaba en la ruina, y ahora tengan que decir entre comprar su
medicamento o una barra de pan para seguir con vida.
Que a los minusválidos y dependientes sean olvidados por
quienes nos gobiernan como si fueran basura sin derecho ninguno, olvidando que
son personas.
Que el no nacido no tenga protección ninguna ni por los
que los engendraron ni por mucha parte de la sociedad que nos domina.
Podría escribir un libro con tanta violencia e injusticia
que vive entre nosotros, unas sin querer darnos cuenta, y otra, porque lo aquí escrito no lo queremos ver mirando
para otro lado como si no fuera con nosotros, pero no deja de ser violencia
pura y dura.
Vruescas 27.01.2014.- ¡Somos ciegos y mudos!
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